Lamentablemente tenemos que decir que si.El acoso escolar es una realidad que traspasa las aulas.El acosador y sus seguidores utilizan todas las «armas» que disponen para continuar haciendo daño a su víctima.
El bullying es un término inglés que define una actitud agresiva,intencionada y repetida que ocurre sin motivación aparente.Se produce de forma reiterada y a lo largo de un tiempo determinado.Domina un tipo de violencia emocional y aunque se centra en las aulas,desde hace tiempo lo estamos viendo a través de las redes sociales.
Esta nueva forma de acoso denominada Cyberacoso prescinde del maltrato físico propio del acoso, pero potencia otras formas de agresión como el maltrato verbal.Así el uso de motes,insultos y menosprecios inciden en el comportamiento social (pudiendo generar exclusión y aislamiento) y en el aspecto psicológico,generando inseguridad,baja autoestima y aumento de la ansiedad.
Desde que se inicio el confinamiento,hemos multiplicado el uso de las videollamadas,whatsapp,redes sociales y juegos online.En cierta forma,hemos permitido una relajación del uso de estas tecnologías en pro de una mayor relación social.
Compensamos la imposibilidad que tienen nuestros hijos de ver a sus amigos con un mayor tiempo de exposición a las pantallas.
¿Cuándo se produce el acoso?.Aunque ahora estamos más tiempo con nuestros hijos es posible que se nos escape el momento exacto.Por tanto,tenemos que estar atentos hacía cambios en su comportamiento.
Cambios en los hábitos de juego,en los grupos de amigos (interacciones con los amigos que antes pedía ,ahora han dejado de interesarle),en el descanso(duerme menos,se despierta por la noche,tiene pesadillas),en la comida (por exceso o por defecto) y problemas de concentración.En definitiva,cambios que modifiquen su estado anímico.
Como hemos comentado el acoso es reiterado y mantenido en el tiempo.Hay que recordar que el «problema» parte del acosador y su cuadrilla.La personalidad,rasgos del acosado (víctima) no justifican que tenga que sufrir el acoso.Generalmente, son personas normales que tratan de protegerse ante un ataque injustificado hacia su persona.
Aunque,la realidad es que,en los colegios se silencia el bullying y lamentablemente la víctima acaba cambiando de centro.Se hecha en falta un trabajo conjunto para que,el acosador reciba ayuda psicológica y el grupo aprenda a percibir las situaciones de acoso y las prevenga.Con este fin,se ha creado un protocolo de intervención del Colegio de Psicología de Castilla y León en colaboración con la Junta de Castilla y León para intervenir en los centros educativos que lo soliciten.